Siempre tratados como un mito, o al menos como una leyenda. Ninguna especie ha logrado domesticarlos o ni siquiera comprender su naturaleza. Puedes considerarte increíblemente afortunado si posees una pequeña parte de ellos, y aún más si has visto uno. Algunos dirían que sus lugares favoritos son los más peligrosos y remotos de Metrecalia. Si te encuentras en una situación en la que tienes que luchar contra uno, las posibilidades de ganar son prácticamente nulas.