Concebidos como símbolo de pureza y belleza. Muchas especies intentaron domesticarlos, pero pocas lograron capturar uno. Una vez avistados, lo mejor que se puede hacer es admirarlos. Su cuerno es un objeto muy apreciado por sus poderes mágicos y las plumas de sus alas se utilizan como armadura. Su vómito es dulce y sus heces son un potente fertilizante. Su orina es simplemente pipí de caballo.
Raros y evasivos, estos seres pueden aparecer en cualquier ecosistema con diversas formas. Su cuerno mágico les permite teletransportarse y canalizar la magia con facilidad, mientras que sus poderosas alas les permiten volar a velocidades inigualables. No son hostiles, y suelen huir de la confrontación.
Los Pegasos son aquellos que poseen alas, mientras que los Unicornios son aquellos que poseen un cuerno en la frente. Los que tienen ambos se consideran Unicornios Alados —o «Pegacornios», si eres estúpido—, y son especialmente raros dentro de una especie ya de por sí rara.